Trump inicia segunda carrera presidencial con encuestas poco favorables

Hasta ahora, 23 demócratas manifestaron su deseo de ser candidatos a la presidencia de EUA

Aunque Trump tiene encuestas en su contra rumbo a los comicios de 2020, no será la primera vez que enfrente un panorama adverso. Ahora, su política antimigrante y la hegemonía económica de EUA abonarán en su segunda campaña presidencial.

 

Trump afronta números regulares respecto a la aprobación de su gestión, que es de 42.5 por ciento.

Cuando el ex presidente Vicente Fox tuvo que enfrentarse al conflicto en Chiapas, dijo con desdén que ese problema se solucionaba en 15 minutos. Fiel a ese estilo, Donald Trump ―quien por cierto además de político, es empresario― dijo durante un acto en la Casa Blanca que la migración es un asunto que se resuelve en ese mismo plazo de tiempo, hecho que sin duda deja ver inmadurez y avaricia por el poder.

La migración fue el tema principal que abordó desde el bastión republicano ubicado en el estado de Florida, en donde el presidente de los Estados Unidos inició la campaña para su reelección rumbo a los comicios presidenciales que se realizarán en 2020. Sin un claro contendiente dentro de su partido, Trump afronta números regulares respecto a su aprobación, que es de 42.5 por ciento.

Durante su acto proselitista, el presidente estadounidense se comprometió a no defraudar a su base de votantes, pero además reinició su parapeta migratoria al recalcar que el muro fronterizo entre EUA y México―propuesta de campaña en 2016― iniciará su construcción la siguiente semana.

Y es que el tema migratorio ha sido utilizado continuamente por Trump como un método para enervar la simpatía de los votantes que manifiestan su desagrado ―por decir lo menos― respecto a los miles de migrantes centroamericanos y de nuestro país que radican en Estados Unidos, o bien, contra aquellos que buscan asilo en esta nación al considerar sus países de residencia peligrosos.

La base política del republicano ha sido severa en consecuencia con los discursos proteccionistas al grado de que se iniciaron financiamientos privados en algunos estados fronterizos a fin de levantar su propio muro, lo anterior a través de empresas de crowfounding. Así, un grupo de ex veteranos de guerra han levantado un muro en el estado de Texas (ver Semanario 1).

Sin embargo, la oposición a Trump no solo se asienta en votantes opositores, latinos y negros, sino que también se asienta en países de América Latina. Esto, a pesar de que presidentes latinoamericanos como Jair Bolsonaro y Mauricio Macri han visto bien las políticas implementadas por el magnate en su interés por ―entre otras cosas― «liberar» a Venezuela de la dictadura de Nicolás Maduro.

Suman ya 23 demócratas quienes han manifestado su interés por lanzarse por la presidencia, sin  embargo pocos tienen la simpatía política propia de un digno contrincante electoral. Aunque sondeos recientes colocan al republicano por debajo de varios opositores, la historia sabe que es posible que Trump remonte las encuestas tal y como sucedió en 2016, cuando contendió contra Hillary Clinton.

En aquel entonces, la demócrata se mantenía a la cabeza en todas las encuestas realizadas por distintas empresas y diarios. Aunque los porcentajes entre uno y otro contendiente eran cerrados, Clinton se mantuvo a la cabeza en el estudio realizado por Los Angeles Times, que le daban el triunfo al mantener 44.2 por ciento de la preferencia, frente a un 43.9 por ciento de Trump. El desenlace, todos lo conocemos: El republicano ganó los comicios al obtener el 47.8 por ciento de los sufragios frente al 47.4 de Hillary.

Ahora, de acuerdo con un sondeo de la Universidad de Quinnipiac, ubicada en Connecticut, se ubica por debajo del ex vicepresidente, Joe Biden, con 53 por ciento; de ex candidato presidencial, Bernie Sanders, con 51 por ciento; de la senadora Kamala Harris con 49; la senadora y académica Elizabeth Warren, con 49; Pete Buttigieg, veterano de guerra en Afganistán con 47 y Cory Booker, senador que tiene 47 por ciento de las preferencias, frente a un Donal Trump que promedia 41 por ciento en cada una de las posibilidades de la encuesta.

No obstante, el cumplimiento de algunas de sus grandes promesas de campaña como la ratificación del Tratado de Libre Comercio con México y Canadá, la exclusión de EUA del pacto nuclear con Irán, y encarar la afrenta migratoria, le podrían sumar votos en su campaña por el resto de los estados.

Sin embargo, la historia también ha demostrado ser vehemente con los presidentes que buscan la reelección, pues desde mediados del siglo pasado solo tres mandatarios no consiguieron la permanencia en la Casa Blanca por cuatro años más: Gerald Ford, en 1976; Jimmy Carter, en 1980 y George H. W. Bush en 1992.

Durante la semana se difundió que Donald Trump despidió a tres elementos de su campaña por anunciarle resultados de encuestas en las que va por debajo de otros candidatos. Ante ello, asegura «esas cifras no significan nada», que cuenta con otros números y que, por si fuera poco, él va a la cabeza «en todas partes».

Especialistas aseguraron que en cuanto las campañas se encaminen, la popularidad de Trump escalará y su recepción podría tener resultados abruptos y sorpresivos, tal y como en 2016.

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