La pandemia del nuevo coronavirus golpeó fuertemente a la industria de la construcción, sin embargo, este sector encontró en la crisis una oportunidad para renovarse, mejorar y fortalecerse. Sobre esto, el arquitecto Ricardo Valdés Torrijos, representante de la marca inmobiliaria Mava, nos habla de los aprendizajes que él y su equipo adquirieron durante este último año.
El especialista comenta que al principio todo fue difícil, pues debido a que la pandemia obligó a detener actividades esenciales tanto a nivel nacional como global, la ejecución de los desarrollos inmobiliarios se vio mermada desde el simple hecho de obtener materiales hasta conseguir los permisos necesarios para construir.
No obatante, lejos de quedarse estáticos, explica que Mava aprovechó el tiempo para planear nuevos proyectos o atender a detalle los que ya tenían.
«Aunque la parte administrativa para conseguir gestorías, trámites y servicios se detuvo, dedicamos un buen tiempo a la generación de más proyectos (de los cuales hablaremos después y daremos a conocer algunas sorpresas). Aprendimos a ser más eficaces, sobre todo para el trabajo en equipo, pues establecimos un esquema que nos permitió estar conectados en tiempo real y tomar decisiones directas sobre los desarrollos o los proyectos», explica Torrijos.
Esto último, además, permitió que el arquitecto, ingenieros y todo el equipo que integran el departamento de desarrollo inmobiliario, se involucrara al 100 % y a detalle en cada uno de los proyectos.
«Fue gracias a su compromiso que los proyectos mejoraron, se incrementaron, crecieron y tuvieron un plus especial para darle al cliente. La tecnología permitió que, aun a la distancia, todo el equipo se concentrara más en cada proyecto desde su planeación, dando como resultado un trabajo más completo, consciente y definido desde su inicio, por lo que ahora el trabajo de ejecución requiere menos atención al detalle gracias a que ya todo está previamente especificado.
Si de aquí en adelante retornamos a lo presencial, será un poco más fácil determinar las líneas de seguimiento para cada partida o para cada ejecución de obra», asegura el representante de Mava.
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Ricardo Valdés destaca el papel de la tecnología durante la pandemia, pues fue gracias a los recursos que ésta brinda actualmente, que no sólo él y su equipo, sino los clientes, pudieron mantenerse en contacto de forma eficaz y segura.
«Al inicio, el trabajo a distancia fue uno de los principales retos al no estar acostumbrados a algo así, pero pronto se convirtió en una de las fortalezas, pues al no haber oportunidad de revisar física y presencialmente los proyectos, el home office y las diversas herramientas tecnológicas que éste permite, como el uso de apps y videollamadas, permitieron la supervisión de las obras», asegura.
Así, destaca que los recorridos que antes se hacían con los clientes de manera presencial, durante la pandemia se realizaron virtualmente, con una persona mostrando la obra a través de videollamadas mientras a la distancia el resto del equipo y el cliente verificaban los avances y detalles que pudieran mejorarse. Todo esto, además, de forma segura, pues al evitar congregaciones, se previnieron más contagios de la COVID-19 durante la cuarentena.
Claro, el arquitecto hace énfasis en que si bien el home office o el trabajo a distancia funcionó muy bien en Mava, éste es un recurso que debe manejarse con cuidado, pues hay que preguntarse «qué tanto se puede avanzar o qué tan consciente se está al trabajar de esta manera».
«A mi punto de vista, (el home office y los recorridos) fueron mejor a distancia que presenciales, porque en persona a veces se te escapan ciertos detalles al momento de explicar o exponer. En cambio, con lo digital, ahora todo queda asentado y guardado, por lo que podemos volver a revisar y abordar todo cuantas veces sea necesario. Nos facilitó y nos funcionó este tipo de herramientas que además sirvió para adecuarlas y aprovecharlas en la industria del desarrollo inmobiliario», indicó.
Asimismo, comenta que otra ventaja es que los clientes pueden acceder a los proyectos de forma remota, por lo que ellos mismos pudieron consultar y aclarar sus dudas desde el lugar donde se encontraran.
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La pandemia nos obligó a adaptarnos a un nuevo esquema de trabajo al que no estábamos acostumbrados, motivo por el cual, ahora, las búsquedas inmobiliarias también han cambiado, pues como bien explica Torrijos, hoy en día se buscan espacios que permitan laborar pero, al mismo tiempo, despejarse en espacios abiertos sin la necesidad de salir de casa.
«La evolución del quehacer arquitectónico y la evolución del quehacer personal ha sido un enfoque con el que Mava siempre ha estado en sintonía. Mejorar y evolucionar es una característica de nuestra marca para con el cliente», especifica el arquitecto.
De esta manera, hablando de los desarrollos a cargo de la marca, explica que:
«Integramos un concepto de arquitectura introspectiva, pues antes el usuario final estaba acostumbrado a salir a hacer sus actividades. En cambio, a raíz de este año, lo que buscan es eso, quedarse en casa pero también tener un espacio donde realizar esas actividades que hacían al aire libre.
La evolución espacial cambió definitivamente buscando más una arquitectura introspectiva y espacios personalizados para cada una de nuestras actividades. No necesitas salir a la calle o al parque para distraerte. Se puede tener una terraza o un cubo de luz abierto que nos permita estar aislados, tranquilos y con seguridad dentro del hogar».
Además, aclara que este tipo de búsquedas o construcciones han ido en aumento, lo que representa uno de los principales cambios en el sector inmobiliario en general, pues temas como la adaptación del diseño interior, la reflexología o la integración del medio ambiente con el entorno laboral sin salir de casa, no estaban contemplados en los desarrollos anteriores y, en cambio, hoy en día se solicitan cada vez más.
«Vamos a evolucionar y cambiar el chip. La azotea y otros espacios ya no son sólo lugares de asoleamiento, al contrario, serán de esparcimiento y de recreación para poder liberarte o despejarte un poco estando al aire libre sin salir de casa», explica Torrijos.
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Por último, Ricardo Valdés detalla que este ha sido un año difícil, pues lejos de los problemas de gestoría y legales que acarrea en sí el sector de la construcción, aseguró que el momento más difícil fue cuando se hizo presente la pérdida de vidas humanas a raíz de la pandemia.
«El momento más difícil, sin duda, fue cuando empezaron a irse los amigos y compañeros a raíz de esta situación (COVID-19). Con su partida se llevaron una enorme experiencia y conocimientos que mermaron en los ánimos de todos, pues se fueron grandes maestros para nosotros. Esta pandemia nos dejó incertidumbres y crisis personales, pérdidas familiares y de amigos que a todos nos afectó de alguna u otra manera», lamentó.
Sin embargo, el aislamiento y la cuarentena también dejaron enseñanzas, pues «como arquitecto, el mayor aprendizaje que tuve fue conectar de una mejor manera con mi equipo. Aprendimos a usar más y nuevas herramientas. A tomar más conciencia de nuestros proyectos. La verificación a distancia ya se me hizo un hábito, ya no es necesario ver a la persona directamente para hacer una revisión. Ya podemos revisar con la confianza de que se están elaborando los cambios o modificaciones pertinentes del proyecto.
Los proyectos mejoraron notablemente y los que tenemos en puerta traen más conciencia, mejor eficiencia en el espacio, mejor calidad en la representación, en la ejecución y el concepto general de cada uno de ellos.
Aprendamos de todo. Nos dimos cuenta que estamos mejorando como personas y como profesionales», finaliza.