Protestas y emotividad marcan 61 entrega de los Premios Ariel

Confrontaciones al Gobierno federal por recortes presupuestales y a las conductas machistas dentro de la industria audiovisual se hicieron presentes durante la gala que vio a Roma y a Las niñas bien triunfar.  

Mujeres de la industria lanzaron la iniciativa #YaEsHora, la cual propone una agenda de género

En una gala plagada de protestas contra los recortes presupuestales a la cultura y las artes por parte del Gobierno federal y en búsqueda de una agenda de género para la industria audiovisual de nuestro país, Roma y Las niñas bien se alzaron como las películas más ganadoras de la 61 entrega de los Premios Ariel.

Durante la Alfombra roja, la totalidad de directoras, productoras, guionistas, maquillistas y vestuaristas hicieron un pronunciamiento ante medios de comunicación en el que presentaron la iniciativa #YaEsHora, la cual propone un cambio en la industria audiovisual mediante tres puntos iniciales:

  • Tolerancia cero a la violencia de género.
  • Paridad laboral.
  • Historias con perspectiva de género.

Cabe mencionar que desde la Alfombra roja y durante la ceremonia de premiación, las mujeres portaron un pañuelo rojo en la mano izquierda, mismo que las acreditaba como firmantes de la iniciativa. Entre ellas se encuentran Alejandra Márquez Abella, Maya Zapata, Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Ilse Salas, Jimena Montemayor, Lila Avilés, entre otras.

Además, habilitaron la página yaeshoramx.org, en donde mujeres de la industria del cine y la televisión podrán registrarse para crear un directorio nacional de profesionistas a fin de fortalecer la comunidad de creadoras.

«#YaEsHora es una iniciativa de mujeres para mujeres. Buscamos que el sistema cambie de raíz, que la violencia deje de ser normalizada, ignorada y justificada. Que se desmantelen los mecanismos que permiten perpetuar estas prácticas al protocolo del silencio. Queremos ámbitos laborales libres de violencia, gracias a posturas definidas y protocolos claros de tolerancia cero ante la agresión y violencia contra las mujeres de la industria, sobre todo, queremos transformar un cultura que “incluye” a mujeres, en una que sea creada por mujeres», indica el pronunciamiento leído ante medios.

En tanto, las protestas contra la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, iniciaron en la Alfombra roja cuando fue increpada para exigir un cese a los recortes. Una vez en la ceremonia, realizadores alzaron la voz al señalar que muchos de los proyectos premiados fueron resultado de una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).

A este estallido contra las políticas de la nueva administración se sumó el cineasta Arturo Ripstein, quien fue incisivo al señalar que «el estímulo económico del Estado al arte no es una limosna sino una obligación (…) No hay crecimiento sin cultura; no hay desarrollo sin cultura; no hay democracia sin cultura. La cultura, en su sentido más estricto y riguroso, es la única opción que tenemos para enfrentar a la barbarie (…) El cine que honramos y premiamos esta noche es indiscutiblemente cultura».

Al llamado de alerta por los recortes presupuestales se sumó Ernesto Contreras, presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), quien destacó que hay una apertura por parte de las autoridades para solucionar problemáticas que enfrenta la industria, como lo es la Ley Federal de Cinematografía ante el panorama de ratificación del T-MEC.

Además, señaló, es necesario respetar la creación cinematográfica y cultural razón por la que es imperativo sensibilizar a las autoridades y formar audiencias. En ello, añadió, radica la importancia de la academia y la comunicación que puede establecer con quienes deciden los presupuestos en este país.

«La cultura y el cine pueden ser medios de pacificación, pueden ser formas de identificarnos, concientizarnos, de hacernos reflexionar y divertirnos, me parece que puede generar otros valores y de ahí su importancia; todas las artes, pero el cine me parece una herramienta importantísima de comunicación y por eso hay que objetivarlo y hacerlo que crezca».

En cuanto a los triunfadores, Roma ganó cinco galardones, a mejor película, diseño de arte, edición, efectos especiales y efectos visuales. En tanto Alfonso Cuarón ganó el premio a mejor director, mejor guion y mejor fotografía. Marina de Tavira, por su parte, ganó el galardón a mejor coactuación femenina.

Por otro lado, Las niñas bien se llevó los premios a mejor maquillaje, mejor música y mejor vestuario. La actriz Ilse Salas ganó el premio a mejor actriz.

La ceremonia se vio marcada también por la entrega de tres Arieles de oro, el primero de ellos fue para Nerio Barberis, sonidista de películas como Nocaut (1982), La mujer de Benjamín (1990), La Tarea (1990), Danzón (1991), Desiertos mares (1992), Bienvenido/Welcome (1993), El Violín (2005), Cinco días sin Nora (2007), La Jaula de oro (2012), entre otras.

El segundo galardón de oro fue para Paz Alicia Garciadiego, quien cuenta con una carrera como guionista de más de 30 años. Durante su intervención hizo hincapié en que este es el primer Ariel que gana a pesar de contar con 17 películas filmadas, 15 de ellas haciendo mancuerna con Arturo Ripstein, su esposo.

Uno de los momentos más emotivos fue encabezado por María Rojo, quien entregó el Ariel de oro al actor Héctor Bonilla. En su discurso de agradecimiento, el primer actor resaltó que cuenta ya con 58 años de carrera actoral. Reveló que siempre le interesó innovar y crear, al grado que buscó modificar la forma en la que se hace tele en México, sin embargo sus proyectos no prosperaron. En dos ocasiones, se hizo acreedor al Ariel por mejor actor, por las películas Meridiano 100 (1974) y Luces de la noche (1994).

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