Hay que dejar de tratar al cine mexicano como un género: Emilio Portes
«Belzebuth» es la nueva película de terror del director Emilio Portes con la que demuestra el potencial del género en el país
El Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) llevó a cabo la sexta edición de El Salón de la Crítica, un espacio de encuentro, fomento, discusión y formación para críticos y periodistas cinematográficos, al igual que para todos los amantes del séptimo arte que tiene como objetivo discutir y analizar una película junto a reconocidas personalidades de la industria fílmica.
Para esta sexta edición el filme elegido a analizar fue Belzebuth (2019), del director Emilio Portes e interpretada por Joaquín Cosío y Tobin Bell. La película gira en torno al mundo de los exorcismos, las posesiones y el narcotráfico, por lo que de acuerdo al cineasta, podría considerarse como la única en su tipo filmada en México.
Portes nos cuenta este y otros detalles más en la siguiente entrevista:
¿Cómo y por qué surgió Belzebuth?
Surge de la retorcida mente de Luis Carlos Fuentes; yo lo leí en una convocataría, me enamoré del guion y un par de años después me puse en contacto con Luis expresándole mi interés por dirigirla. Fue así que mientras se buscaba el financiamiento de la película comenzamos a escribir juntos y fue así como se originó Belzebuth.
En cuanto al guion, lo que más me ha gustado es que es una película de terror clásica, del diablo, pero contada desde este lado de la frontera, con un poco de lo que conlleva las devociones y supersticiones que tiene el mexicano.
¿Cómo fue el paso de Pastorela, una cinta de comedia de terror, a Belzebuth, una cinta 100 por ciento de terror?
Pastorela era una carta de amor a El exorcista, mientras que Belzebuth es el hermano culero de pastorela, es como el hermano malo, la antítesis.
Tanto Pastorela como (Conozca) La cabeza de Juan Pérez son películas hasta cierto punto de terror, pero tratadas desde la comedia, la farse. Lo increíble es que la misma Pastorela tiene más homenajes al Exorcista que Belzebuth, pues esta última se va por otro lado.
¿Belzebuth tiene una trama y un ritmo que apuestan más por la fórmula extranjera?
No, el tema es universal, está muy metido en el rollo del catolicismo, es una readaptación de la historia de Herodes, pero contada en un país oprimido por un imperio, en este caso México, precisamente en uno de los lugares más complejos del mundo, como lo es la frontera México-Estados Unidos; además el protagónica (Joaquín Cosío) es un personaje que todo el tiempo tiene que estar entre el bien y el mal para hacer su trabajo.
¿Cuáles fueron los obstáculos para filmar la película en la frontera?
Es curioso, lo mejor de haber filmado en la frontera es que eso nos fue marcando el estilo visual de toda la película, al igual que el ambiente; de no haber filmado allí no le hubiera dado este carácter real, lo que a su vez ayuda a que el público se sugestione y mire que todo lo fantástica también ocurre en un lugar real y quizá pueda pasar en verdad.
Por otro lado filmar en lo frontera es difícil porque no existe tanta industria el norte del país, o particularmente en Mexicali; la película se hizo en coproducción con la Universidad de Baja California, donde hicimos un programa en donde los estudiantes trabajaron en la película con la intención de formar técnicos y compartir la experiencia.
Uno de los puntos fuertes de Belzebuth son sus protagonistas, ¿cómo fue trabajar con Joaquín Cosío y Tobin Bell?
Increíble, yo a Cosío lo conozco desde hace años de diversos proyectos que he hecho con él, y conseguir a Tobin fue una fortuna porque es un gran actor con una enorme presencia escénica que par cierto público de terror le resulta un punto extra al tenerlo en la película. Cuando pones a dos actores tan talentosos como ellos el trabajo de director es fácil, sólo tienes que esperar a que surja la magia.
¿Cómo es crear cine de terror en México?
Es complicado por varias cosas: una porque la misma industria o las mismas escuelas de cine a veces toman tanto a la comedia como al terror como los grandes géneros prohibidos, pero eso es por un rezago cultural que vivimos en el cine, el mexicano cree que el cine mexicano es el cine de oro, o el Santo, o las ficheras, pero hay mucho más cine en medio.
A partir de eso se ha dejado de hacer cine de terror, incluso no tenemos un cine que homenajee el cine mal hecho de «cine b» como sí existe en los Estados Unidos, que hay un gran amor por este tipo de cintas, incluso cineastas como (Quentin) Tarantino o Robert Rodriguez puede emular ese cine a propósito; en México no existe por un pudor y una falta de tradición, de conocimiento de nuestra propia cultura, porque los temas ahí están y hay de sobra.
Por ejemplo, Belzebuth es una película, no es un género, es la única película mexicana que se ha hecho sobre posesiones, anticristos, mesías y cine negro, por lo que parece que es algo raro pero las historias están allí. No es una película mexicana, es una película de terror que resulta que es mexicana, en ese orden. Es aquí cuando me refiero que confundimos al cine mexicano como si fuera un género.
Le pasa lo mismo al cine de acción, porque posiblemente todo mundo piensa que vamos a ir a ver a Mario Almada, pero la realidad es que ya hay una generación que habla mal de las ficheras, de los Almada, hablan mal del Santo pero porque no han visto las películas.
¿Qué le hace falta al cine de terror mexicano para que sea tomado más en serio tanto por la industria como por el público?
Muchas cosas, pero lo que pasa es que el cine de terror mexicano está catalogado como una categoría, es decir, se le ve como «cine mexicano de terror», no es una categoría, pero se le trata como una categoría menos en el circuito comercial.
Ahora, enfocándonos a esto último, hace falta legislar, que tengamos la misma equidad y el mismo trato que tienen las películas norteamericanas. Por otro lado debemos dejar de ser malinchistas y pensar que sólo el cine de terror es americano, o en general, que cualquier género sólo vale la pena si es norteamericano.
¿Cuál sería el elemento que caracteriza al cine de terror en México?
Creo que todavía hace falta este elemento, pero poco a poco se va a descubrir, pues han sido buenos años dentro de lo mala que es la producción del cine de terror en el país, ya que de unos cuatro años para acá salen, por lo menos, dos películas de terror nacionales al año, como Vuelven o la segunda parte de KM 31, cuando antes salía una cada cinco años.
¿Qué proyectos a futuro tiene Emilio Portes?
Estamos buscando dinero para filmar un thriller, una cinta de terror, una de comedia, otra comedia de terror y un par de series. Todas enfocadas en mi estilo, o sea entre Pastorela y Belzebuth, vaya, entre la comedia de terror y el terror puro y duro.
Una última cosa que recomiendes para el público
Necesitamos de su apoyo para el cine nacional, verlo, recomendarlo y comprarlo, pero no sólo eso, sino que también pueden hacerlo de otras formas, como lo es leer tanto a los jóvenes críticos como a los expertos, incluso tienen una oportunidad de hacer esto último mediante el Salón de la Crítica que trae el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, y que por fortuna en esta ocasión eligieron a Belzebuth como la primera película de terror para que sea analizada en este aspecto.